Una
cierta medida de exposición a la luz solar es esencial para mantenerse
saludables, pero los efectos acumulativos pueden causar trastornos en la piel. El
evitar la quemadura del sol ahora, puede ser beneficioso para su salud más
adelante.
Recuerde
que algunos medicamentos cambian la composición química de la piel y aumentan
su sensibilidad al sol. Las personas que toman ciertos diuréticos,
tranquilizantes o antibióticos pueden desarrollar erupciones cutáneas u otras
reacciones alérgicas.
Usar
un producto con filtros solares es la mejor manera de evitar que la piel
expuesta al sol se queme.
Si
usted sufre quemaduras, se encuentra deshidratado, presenta insolación o
pérdida de conocimiento debe consultar inmediatamente con su médico o
farmacéutico.
Su
farmacia será el nexo de unión entre el alivio y su malestar. Pida consejo.
Cada
año podemos estar expuestos a más de 3.000 horas de luz solar. Estar al sol nos
da una sensación de calor y salud, pero la exposición excesiva puede causar
incomodidad y problemas de la piel.
- La luz solar está constituida por rayos ultravioletas invisibles que causan el bronceado y las quemaduras de la piel.
- Algunos de estos rayos ultravioletas inducen a un agente químico de la piel, llamado melanina, a elevarse a la superficie.
- La melanina es un pigmento oscurecedor que, cuanto más cerca se encuentre de la superficie de la piel, tanto más bronceado estará uno. Cuanto más bronceado se está, más defensas naturales contra la quemadura del sol tiene la piel. Otros rayos ultravioletas pueden causar enrojecimiento y quemaduras de la piel.
- La quemadura del sol es la lesión cutánea causada por la exposición excesiva al sol. Es muy común, pero es importante saber reconocerla y tratarla del modo apropiado.
Falso:
LOS SÍNTOMAS DE
QUEMADURA SOLAR APARECEN EN EL MOMENTO DE CONTACTO CON EL SOL
Estos
síntomas, como enrojecimiento de la piel, ampollas, hinchazón de la cara, pérdida
de líquidos y sensación general de debilidad y fatiga, aparecen por lo general
unas pocas horas después de estar expuesto al sol. Por este motivo mientras que
se toma el sol, la persona no es consciente de que se puede estar formando una
quemadura solar.
Verdadero:
ALGUNAS AREAS DE LA PIEL COMO LA NARIZ, LAS OREJAS, LOS HOMBROS Y EL EMPEINE DE
LOS PIES, SON MÁS SUSCEPTIBLES DE QUEMARSE
Estas
zonas del cuerpo humano, tienen la piel más fina y delicada, además de tener
potencialmente menor cantidad del pigmento protector (MELANINA)
Verdadero:
UNO PUEDE QUEMARSE AUNQUE EL SOL NO ESTÉ BRILLANDO
Los
rayos ultravioletas son capaces de atravesar la capa de nubes y aunque su
acción queda debilitada, al no existir “aparentemente” sol, las personas
tienden a no usar protección y a permanecer más tiempo al aire libre.
Falso: HAY TRES TIPOS DE QUEMADURAS
CAUSADAS POR EL SOL: DE PRIMER GRADO, SEGUNDO GRADO Y TERCER GRADO
Sólo
hay dos tipos, que se diferencian según la intensidad de los síntomas: PRIMER
GRADO – enrojecimiento de la piel. SEGUNDO GRADO – con tumefacción y ampollas
en la piel.
El
tercer grado en una quemadura requiere una causa mucho más agresiva que el sol
como puede ser el fuego, agentes químicos, etc
Verdadero:
LOS BEBES Y LOS ANCIANOS NECESITAN TENER CUIDADO ADICIONAL
Y PROTECCIÓN ESPECIAL AL EXPONERSE AL SOL
Estas
personas tienen el sistema pigmentario de defensa contra el sol, o bien sin
desarrollar al completo como en el caso de los bebés, o ya en proceso
degenerativo de la formación de la
MELANINA como en los ancianos.
De
esta manera es aconsejable utilizar algún protector solar y controlar los
tiempos de exposición.
Verdadero:
LA EXPOSICIÓN EXCESIVA A LOS RAYOS SOLARES HA SIDO RELACIONADA DIRECTAMENTE CON LA APARICIÓN PREMATURA
DE ARRUGAS Y CON EL CÁNCER DE PIEL
La
acción del sol que a primera vista y en exposiciones controladas resulta
beneficioso, produce un efecto acumulativo por los niveles de rayos
ultravioleta que pueden llegar a alterar la estructura de la células de la
piel, predisponiendo en un alto grado a la formación de arrugar cutáneas y en
determinadas personas al cáncer de piel.
Verdadero:
COMO MEDIDA PREVENTIVA PARA EVITAR QUEMADURAS SOLARES
DEBEN UTILIZARSE CREMAS Y LOCIONES CON FILTROS SOLARES
Los
productos con filtro solar se venden en una gran variedad de presentaciones, y
según el factor de protección que tengan van a permitir a la piel exponerse más
tiempo al sol, sin riesgo de quemarse para las personas de pieles claras, y en
los primeros baños de sol, es aconsejable utilizar un factor de protección alto
(8-15)
Falso:
SI LA
QUEMADURA YA SE HA PRODUCIDO, SOLO CON LA APLICACIÓN DE PAÑOS
DE AGUA CON VINAGRE O ACEITE DE OLIVA, SE PRODUCE LA CURACIÓN DE LA MISMA
Estos
remedios caseros sólo alivian temporalmente la sensación de ardor y
enrojecimiento de la piel. El verdadero tratamiento de las quemaduras solares
debe consistir en aislar la piel quemada con una sustancia protectora e
hidratante (lanolina...) y reducir el escozor o picor con sustancias indicadas
para ello. Con esto se acelerará el proceso de curación que nuestro propio
organismo tiene para regenerar la piel dañada.
Todos necesitamos exponernos al sol; es nuestra principal fuente de
vitamina D, la cual nos ayuda a absorber calcio para tener los huesos
fuertes y sanos. Pero la mayoría de nosotros no necesitamos exponernos
mucho tiempo al sol para obtener la vitamina D que necesitamos, y el
hecho de exponernos a los rayos ultravioletas del sol sin protección
puede provocarnos lesiones en los ojos y en la piel, inmunodepresión e
incluso cáncer. Es mas una persona joven, de veintitantos años, puede
desarrollar cáncer de piel.
La mayoría de personas acumulan hasta entre el 50% y el 80% del total
de exposición al sol a lo largo de toda la vida antes de cumplir 18
años, de modo que es importante que los padres enseñen a sus hijos a
disfrutar del sol de forma segura. Adoptando las precauciones adecuadas,
usted puede reducir considerablemente las probabilidades de que su hijo
desarrolle cáncer de piel.
Datos sobre la exposición al sol
El sol irradia luz sobre la tierra, y parte de esa luz consiste en
rayos ultravioletas (UV) invisibles. Cuando esos rayos alcanzan la piel,
pueden provocar el bronceado, quemaduras solares y otras lesiones
cutáneas. La luz del sol contiene tres tipos diferentes de rayos
ultravioletas: UVA, UVB y UVC.
- Los rayos UVA pueden provocar envejecimiento de la piel y arrugas, aparte de contribuir al cáncer de piel, como el melanoma. Puesto que los rayos UVA atraviesan la capa de ozono (la capa protectora de la atmósfera o escudo protector que rodea la Tierra) sin esfuerzo alguno, son los principales responsables de la mayor parte de nuestra exposición al sol. Tenga cuidado con los centros de bronceado artificial ya que estos utilizan UVA. El bronceado que se adquiere tomando rayos UVA no ayuda a proteger la piel de lesiones ulteriores; simplemente produce color y proporciona una falsa sensación de protección con respecto al sol.
- Los rayos UVB también son peligrosos, provocando quemaduras, cataratas (opacidad del cristalino) y deterioro del sistema inmune. También contribuyen al cáncer de piel. El melanoma, el tipo más peligroso de cáncer de piel, se cree que se desencadena a raíz de graves quemaduras solares provocadas por radiaciones UVB que ocurren antes de los 20 años. La mayoría de los rayos UVB son absorbidas por la capa de ozono, pero una cantidad suficiente de ellos atraviesan esa capa, pudiendo producir graves lesiones.
- Los rayos UVC son los más peligrosos de todos, pero
afortunadamente, estos rayos son filtrados o bloqueados por la capa de
ozono y no llegan a la Tierra.
Lo que es importante es proteger a su familia de la exposición a los rayos UVA y UVB, que son los que provocan la mayoría de lesiones cutáneas.
Los rayos UV reaccionan con una sustancia química denominada melanina
presente en la piel de la mayoría de las personas. La melanina es
nuestra primera defensa contra el sol. Absorbe los rayos UV peligrosos
antes de que provoquen lesiones graves en la piel. La melanina se
encuentra en distintas concentraciones y colores, lo que provoca
diferentes tonalidades de piel. Cuanto más clara tenga su hijo la piel,
menos melanina tendrá para absorber rayos UV y protegerse contra los
efectos nocivos del sol. Cuanto más oscura sea la piel de su hijo, más
melanina tendrá para protegerse. (Pero tanto los niños de piel clara
como los de piel oscura necesitan protegerse de los rayos UV porque
cualquier nivel de bronceado provoca lesiones en la piel.) Asimismo, la
gente de piel y ojos claros, sobre todos los niños, son más proclives a
tener pecas porque tienen menos melanina en la piel. Aunque las pecas
son inofensivas, el hecho de exponerse el sol ayuda a que aparezcan o se
oscurezcan.
Conforme va aumentando la melanina en respuesta a la exposición al
sol, la piel se va bronceando. Pero incluso ese bronceado de aspecto
"saludable" puede ser un indicador de lesión cutánea provocada por el
sol. El riesgo de lesión aumenta con la cantidad e intensidad de la
exposición. Aquellas personas que se exponen crónicamente sol, como los
agricultores, ganaderos, pescadores y la gente que toma habitualmente el
sol, tienen un riesgo mucho mayor. Las quemaduras solares se desarrollan cuando la cantidad de exposición UV la capacidad protectora de la melanina de la piel.
Exponerse al sol sin protección es incluso más peligroso para aquellos niños con:
- Lunares en la piel (o cuyos padres son proclives a desarrollar lunares).
- Piel y pelo muy claros.
- Antecedentes familiares de cáncer de piel, incluyendo el melanoma.
Usted deberá ser especialmente cuidadoso con la protección solar si
su hijo presenta uno o varios de estos factores de alto riesgo.
Por otra parte, no toda la luz solar tiene la misma concentración de
rayos UV. La intensidad de los rayos solares depende de la estación del
año, así como de la altitud y latitud del lugar. Los rayos UV son más
potentes en verano. Recuerde que las estaciones del año varían con la
ubicación geográfica; si usted viaja a un país extranjero donde es
verano, deberá incluir en el equipaje el protector solar más fuerte que
encuentre.
También se precisa una protección extra cerca del Ecuador, donde las
radiaciones solares, al incidir más perpendicularmente, son más fuertes,
y en las grandes altitudes, donde la capa de aire y nubes es más fina,
lo que permite que atraviesen la atmósfera más rayos UV nocivos. De modo
que, aunque sea invierno, si va con su familia a esquiar a la montaña,
asegúrese de ponerse abundante crema de protección solar; los rayos UV
se reflejan tanto en la nieve como en el agua, lo que incrementa las
probabilidades de quemaduras solares.
Cómo proteger a su hijo del sol
Con las adecuadas precauciones, los niños pueden jugar al sol con
seguridad. He aquí lo fundamental que usted debe saber sobre las
estrategias de protección más eficaces:
Evite las horas del día en que los rayos son más fuertes
En primer lugar, evite que su hijo se exponga a los rayos solares
durante períodos prolongados cuando el sol este más alto en el cielo y,
por lo tanto, sus rayos inciden con más fuerza (más perpendicularmente),
lo que suele ocurrir entre las 10:00 y las 16:00 horas en el hemisferio
Norte. Si su hijo se expone al sol en esta franja horaria, como hacen
muchos niños, no se olvide de ponerle crema de protección solar -aunque
solo esté jugando en el patio trasero o el jardín de su casa. La mayoría
de lesiones provocadas por el sol ocurren como consecuencia de la
exposición fortuita durante las actividades cotidianas, no al tomar el
sol en la playa.
Incluso en días nublados, frescos o encapotados, los rayos UV
atraviesan las nubes y se reflejan en la arena, el agua e incluso el
cemento. Las nubes y la contaminación no filtran los rayos UV, y pueden
dar una falsa sensación de protección. Este "sol invisible" puede
provocar quemaduras solares inesperadas y lesiones en la piel. A menudo
los niños no son conscientes de que se están quemando en los días más
frescos o ventosos porque la temperatura o la brisa hacen que la piel
siga estando fresca en la superficie.
Cúbrale la piel
Una de las mejores formas de proteger a su familia de los efectos
nocivos del sol es cubrirles la piel con prendas que no dejen pasar los
rayos UV. Asegúrese de que las prendas elegidas bloquearán el paso de
los rayos UV colocando la mano dentro de cada prenda y comprobando que
no puede ver la mano a través de la prenda.
Puesto que los lactantes tienen la piel más fina y esta/contiene
menos melanina, su piel se quema más fácilmente que la de los niños
mayores. Pero no se debe aplicar crema de protección solar a los bebés
de menos de 6 meses, de modo que se los bebes de esta edad se deben
mantener fuera del alcance del sol siempre que sea posible. Si su hijo
de pocos meses debe estar al sol, vístalo con ropas que le cubran el
cuerpo completamente, incluyendo gorras con amplias viseras para
ensombrecerle la cara. Utilice una sombrilla para mantenerlo a la
sombra.
Incluso los niños mayores necesitan evitar el sol. Las exposiciones
prolongadas pueden hacerles sentir cansados e irritables. En las salidas
al aire libre de un día entero, lleve siempre consigo una amplia
sombrilla o una tienda fácil de montar para proteger a su hijo del sol
mientras juega. Si no hace mucho calor y no va a hacer que su hijo se
sienta todavía más molesto, vístalo con camisas frescas de manga larga y
pantalones largos de ropa fina. Antes de ir a la playa o a un parque,
infórmese con antelación sobre si existe la posibilidad de alquilar
sombrillas, tiendas u otros accesorios para proteger a su familia del
sol.
Utilice crema protectora regularmente
Hay muchos tipos diferentes de cremas o lociones de protección solar
de uso infantil, incluyendo formulaciones para pieles sensibles, marcas
con olores atractivos como a sandía, versiones de larga duración
resistentes al agua y al sudor, y variedades de fácil aplicación en
forma de aerosol o espuma.
Lo que importa más en una crema o loción de protección solar es el
grado de protección con respecto a los rayos UV que proporciona. Cuando
se enfrente a la agobiante variedad de productos de este tipo que
encontrará en los expositores de muchas farmacias, fíjese en el FPS (Factor de Protección Solar), también conocido como IPS (Índice de Protección Solar).
El FPS indica durante cuánto tiempo de más puede exponerse al sol una
persona sin quemarse tras haberse aplicado el protector solar, que
actúa a modo de filtro, bloqueando el paso de los rayos solares nocivos.
Por ejemplo, si su hijo se quemaría tras 20 minutos de exposición al
sol, aplicándole un producto con un FPS de 15, su hijo tendrá 15 veces
más protección.
Para bebés de 6 meses en adelante o niños mayores, elija un FPS de 15
o superior para prevenir tanto las quemaduras solares como el
bronceado. Elija un producto cuya etiqueta muestre que protege contra
los rayos UVA y UVB (estos productos se denominan protectores solares de
"amplio espectro"). Para evitar posibles reacciones alérgicas de la
piel, evite aquellos productos que contengan PABA, y si su hijo tiene la
piel sensible, busque un producto que contenga como ingrediente activo
dióxido de titanio (un protector que carece de componentes químicos /
sintéticos).
Para que el protector solar desempeñe adecuadamente su función, debe aplicarse correctamente. Asegúrese de:
- Utilizar el protector solar siempre que su hijo se vaya a exponer al sol.
- Aplicar el producto unos 30 minutos antes de llegar al lugar donde se va a producir la exposición al sol para que se pueda formar una buena capa de protección sobre la piel. No descuide los labios, manos, orejas, pies, hombros y detrás del cuello. Levante las tiras del bañador y aplique protector solar debajo (por si se desplazaran o cayeran con el movimiento).
- No escatime protector solar; por norma general, aplíquelo generosamente.
- Vuelva a aplicar el protector solar a menudo, aproximadamente cada 2 o 3 horas, siguiendo las recomendaciones de la Academia Americana de Dermatología. Vuelva a aplicar protector solar a su hijo si el pequeño suda o se moja.
- Utilice un protector solar resistente al agua si su hijo va a mojarse o a nadar. El agua refleja e intensifica los rayos solares, por lo que los niños necesitan una protección duradera cuando juegan en o cerca del agua. Los protectores resistentes al agua pueden durar hasta 80 minutos dentro del agua, y algunos también son resistentes al sudor y a los roces. Pero, a pesar de lo que muestre en la etiqueta, asegúrese de volver a ponerle protector solar a su hijo cada vez que el pequeño salga del agua.
Tenga en cuenta que todos los niños necesitan una protección extra
contra el sol. La Academia Americana de Dermatología recomienda que
todos los niños -independientemente de su tono de piel- lleven un
protector solar con FPS de 15 o superior. A pesar de que las pieles
oscuras tienen más melanina protectora y se broncean más fácilmente de
lo que se queman, recuerde que el bronceado también es un signo de
lesión cutánea provocada por el sol. Los niños de piel oscura también
pueden sufrir quemaduras solares dolorosas.
Proteja también los ojos de su hijo
La exposición solar lesiona tanto la piel como los ojos. Incluso
exponerse al sol durante solo un día puede provocar que se quemen las
córneas (la membrana más externa y transparente que cubre el ojo). La
exposición acumulada puede provocar, a la larga, cataratas (una opacidad
progresiva del cristalino que, si no se opera, puede desembocar en una
ceguera). La mejor forma de protegerse los ojos de los efectos nocivos
del sol es ponerse gafas de sol.
No todas las gafas de sol proporcionan el mismo nivel de protección
contra los rayos ultravioletas; las gafas de plástico o cristal
oscurecidas sin filtros especiales UV se limitan a engañar al ojo
dándole una falsa sensación se seguridad. Compre solamente aquellas
gafas en cuyas etiquetas figure que proporcionan una protección UV del
100%.
Pero no a todos los niños les gusta llevar gafas de sol, sobre todo
las primeras veces. Para animar a su hijo a llevarlas, deje que sea él
quien elija el estilo que más le gusta; muchos fabricantes de gafas
fabrican modelos divertidos y multicolores para niños o con monturas
decoradas con personajes de dibujos animados. Y no se olvide de que a
los niños les gusta aparentar ser mayores. Si usted lleva gafas de sol
regularmente, es posible que su hijo esté deseoso de seguir su ejemplo.
Pregunte sobre la medicación de su hijo
Algunos medicamentos
aumentan la sensibilidad de la piel a los rayos UV. Consecuentemente,
incluso los niños cuya piel no es proclive a las quemaduras solares
pueden desarrollar graves quemaduras solares tras pocos minutos de
exposición cuando se están medicando con determinados fármacos. Los
niños de piel clara, por descontado, son todavía más vulnerables a este
efecto. Pregunte al pediatra o al farmacéutico si el medicamento, sea de
venta con receta médica (sobre todo si se trata de un antibiótico o de
medicamentos para el acné) o de venta sin receta, que está tomando su
hijo puede incrementar su sensibilidad al sol. En caso afirmativo,
adopte medidas de protección solar adicionales mientras dure el
tratamiento. La mejor protección consiste sencillamente en cubrirse la
piel o quedarse en un interior; hasta los protectores solares con FPS
más altos pueden ser insuficientes para proteger la piel de la
sensibilidad al sol provocada por ciertos fármacos.
Qué hacer si su hijo sufre una quemadura solar
Su hijo puede quemarse la piel, sobre todo después de pasar un largo
día en una playa o parque. Lo más habitual es que el niño se encuentre
bien durante el día, pero los efectos de la quemadura solar se irán
poniendo de manifiesto gradualmente por la tarde y/o la noche, momento
en que la piel afectada se volverá dolorosa y caliente y hasta es
posible que el niño se sienta mal. La mejor forma de cuidar de su hijo
es tratar los síntomas que tenga y prevenir posibles complicaciones.
Cuando los niños sufren quemaduras solares, suelen experimentar dolor
y sensación de quemazón en la piel -síntomas que tienden a agravarse
varias horas después de la exposición solar. Algunos niños también
tienen escalofríos. Puesto que el sol les reseca la piel, esta les puede
empezar a picar y a tirar, como si estuviera muy tensa. La piel quemada
por el sol generalmente se empieza a pelar una semana después de que se
produzca la quemadura solar. Insita a su hijo en que no se rasque y que
no se arranque pellejos de piel, ya que la piel que crece bajo la
quemadura se le podría infectar.
Si su hijo sufre una quemadura solar, los siguientes consejos pueden ayudar a aliviarle las molestias:
- Pídale a su hijo que se quede en la sombra y que no se vuelva a exponer al sol hasta que se le haya curado la quemadura. Cualquier exposición adicional al sol solo aumentaría la gravedad de la quemadura y el dolor asociado.
- Déle a su hijo un baño con agua fresca (no fría), o aplíquele con delicadeza compresas o paños, húmedos y fríos, sobre la piel para aliviarle el dolor y la quemazón.
- Aplique gel de aloe vera puro (que podrá conseguir en la mayoría de farmacias o bien extraerlo directamente de las hojas de la planta) sobre todas las áreas afectadas. Es una medida excelente para aliviar el dolor de las quemaduras solares, aparte de que contribuye a que la piel cicatrice más deprisa.
- Déle a su hijo un analgésico como el paracetamol o el ibuprofeno y rocíele las partes afectadas por las quemaduras solares con una loción corporal para después del sol de venta sin receta médica. (Pero no se le ocurra darle una aspirina a un niño o adolescente.)
- Aplíquele crema hidratante para rehidratarle la piel y ayudar a reducirle la irritación. En las zonas más quemadas, aplique una capa de hidrocortisona al 1%. (No utilice ningún producto que contenga vaselina, porque estos productos tienden a retener el exceso de calor y sudor en el área afectada. Evite también los productos de primeros auxilios que contengan benzocaína, que puede provocar irritación cutánea y reacciones alérgicas.)
Si la quemadura es grave
y se forman ampollas, llame al pediatra. Hasta que no les pueda atender
el pediatra, insista a su hijo en que no se rasque, toque o reviente
las ampollas, que pueden infectarse fácilmente y dejar cicatrices.
¿Y los trastornos relacionados con el calor?
Los trastornos relacionados con el calor,
como el síncope por calor (desmayarse a consecuencia del calor), la
insolación y el golpe de calor, son mucho más graves que las quemaduras
solares. Estos trastornos ocurren cuando los niños se calientan en
exceso y se deshidratan, y en muchos casos, van acompañados de
quemaduras solares.
Llame al pediatra si:
- su hijo tiene una fiebre inexplicable superior a los 38,9º C
- la piel afectada por la quemadura solar parece infectada
- a su hijo le molesta mucho mirar a la luz (esto puede indicar que se ha quemado las córneas)
Solicite atención médica inmediata si su hijo tiene:
- nauseas
- vómitos
- desmayos
- delirios (parece mentalmente confuso)
- diarrea
Protéjase del sol usted también
Ser un buen ejemplo para su hijo, poniéndose crema de protección
solar y limitando el tiempo que usted pasa expuesto al sol no solo
reducirá su propio riesgo de padecer quemaduras solares sino también el
de su hijo. Aplicando las medidas de protección aquí detalladas, como
pedirle a su hijo que se quede en un interior durante las horas en que
las radiaciones solares son más fuertes y animándole a ponerse gorros,
gafas de sol y camisas de manga larga, además de crema de protección
solar, usted podrá reducir la exposición de su hijo a los efectos
nocivos del sol.
http://www.rayosultravioleta.net/consejos.htm#.U6BrxvIRNgZ
http://kidshealth.org/parent/en_espanol/seguridad/sun_safety_esp.html
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