En un Blog de los que visito asiduamente y que me encanta, http://lacocinadeoliva.blogspot.com.es/he encontrado hoy esta historia, me ha encantado y por eso y con su permiso la copio y la pego aquí para quien quiera verla.
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y lo difíciles que le
resultaban las cosas. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía
que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando
solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina,
la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las
colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba
hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la
última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su
padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias
y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato.
Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su
hija le dijo:
- "Querida, ¿qué ves?"
-"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y
notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo
rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le
pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico
aroma. Humildemente la hija preguntó:
"¿Qué significa ésto, padre?"
El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma
adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el
agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había
llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido;
pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había
endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar
en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
"- ¿Cuál eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a
tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero
que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes
tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable?
¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación,
o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero
¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el
elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición
el café alcanza su mejor sabor.
Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú
reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.
Y tú, ¿cual de los tres eres?
Me ha encantado esta historia, real como la vida misma,
ResponderEliminarCreo que soy una zanahoria, aunque a veces resulto un grano de cafe
ResponderEliminarPues seguro tu eres como el café, porque has cogido la historia y le has dado un colorido y vistosidad con las imágenes que me ha sorprendido. Eso es tener un toque especial y lo demás son tonterias. Eres genial. Besos!!
ResponderEliminarGracias Paco, la he cogido sin tu permiso pero sabia que no te iba a molestar. y sí, intento ser como el café pero como él algunas veces caigo como un tiro jajaja demasiado cargado para algunos. Besitos
EliminarCreo o al menos me gustaria ser siempre el grano de café.
ResponderEliminarHola hermosa, una historia muy buena y con fundamento...Besos Rosa
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